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Paradox Insights – Abril 2022

¿Estamos dispuestos a ganar? (1/2) 

Está demostrado que las emociones afectan negativamente a los inversores, tanto individuales como profesionales, a la hora de tomar decisiones financieras.

En esta entrega vamos a tratar sobre uno de los sesgos más relevantes del comportamiento humano, la aversión a la pérdida, y cómo afecta a nuestra percepción de la realidad.

Parte 1. Nuestra percepción condiciona la realidad

Sufrimos más perdiendo de lo que disfrutamos ganando…

La mayoría de la gente (tú incluido, probablemente) sufre aversión a la pérdida. Esto es, valora más evitar una pérdida que conseguir una ganancia equivalente.

De hecho, hay estudios que cuantifican la aversión a la pérdida. Daniel Kahneman (premio Nobel de economía en 2002) y Amos Tversky, identificaron que las pérdidas se valoran psicológicamente entre 1,5x y 2,5x veces más intensamente que las ganancias.

  • ¿Prefieres que te dé 25€ o que juguemos a cara o cruz y, si ganas, te dé 100€? - la mayoría de gente elegirá los 25€, cuando lo racional sería jugar.

Además, nos volvemos más aversos a la pérdida cuanto mayor es la cantidad envuelta en la decisión.

  • Puede que hayas elegido jugar en vez de recibir los 25€ pero, ¿prefieres que te dé 250.000€ o jugar a cara o cruz con la opción de ganar 1.000.000€? - más gente aún elegirá quedarse con los 250.000€ y no arriesgarse a no ganar nada. De nuevo, lo racional sería jugar.

…y sesgamos nuestra percepción de la realidad

Nuestra aversión a la pérdida altera nuestra percepción de la realidad, ya que tendemos a sufrir más y tener más presentes los eventos negativos que los positivos.

En el caso de la inversión, esta aversión a la pérdida hace que percibamos la inversión como más arriesgada de lo que realmente es.

Ejemplo práctico: el impacto del covid sufrido por un inversor averso a la pérdida

A continuación comparamos la rentabilidad real de una inversión en bolsa entre 2019 y 2021 (línea negra discontinua) con la rentabilidad percibida por un inversor averso al riesgo (que recordemos, somos la inmensa mayoría) en ese mismo periodo (línea roja).

Para cuantificar la percepción de un inversor averso a pérdidas asumimos que éste consulta su posición cada 5 días y tiene 1,5 veces más presentes las pérdidas que las ganancias, por lo que multiplica el retorno de las consultas negativas por su factor de aversión al riesgo de 1,5x. 

  • Recordemos que un inversor sin aversión a la pérdida tendría un factor de 1x, ya que sufre lo mismo perdiendo que disfruta ganando y, por tanto, su percepción coincide con la realidad.

Retorno real vs. percibido por el inversor averso
MSCI World net EUR periodo 2019-2021, en base 100

Las principales conclusiones del gráfico:

  • El inversor percibió una gran pérdida durante la crisis del COVID (marzo de 2020), aunque en realidad su pérdida total desde el inicio de la inversión era mínima.
  • Al final del periodo, el inversor tiene la noción de que simplemente ha recuperado su dinero, cuando en realidad ha tenido una rentabilidad cercana al 40% en un periodo de 2 años.

Esta percepción del riesgo es intrínseca al ser humano y representa una visión errónea de la realidad.

¿Es posible evitar condicionar nuestra percepción?

Aunque entender el problema ayuda, es muy difícil cambiar nuestro nivel de aversión a la pérdida y/o controlar su impacto en nuestra percepción de la realidad, ya que es una respuesta psicológica arraigada en nuestro subconsciente.

Sin embargo, hay otro elemento que sí podemos controlar que también marca nuestra percepción: la frecuencia con la que recibimos la información. Cuanto más frecuentemente comprobemos el estado de nuestra inversión, más negativa será nuestra percepción. Este efecto se conoce como aversión miope al riesgo.

Mostramos a continuación el retorno real (línea negra discontinua) frente al percibido por un inversor con aversión a la pérdida de 1,5x, que consulte sus posiciones cada 1, 2, 5 o 20 días respectivamente (cada línea azul representa un intervalo de consulta).

Retorno real vs. percibido por el inversor averso según el intervalo de consulta
MSCI World net EUR periodo 2019-2021, en base 100

Observamos que, efectivamente, tenemos una peor percepción de nuestra inversión cuanto más frecuentemente consultamos nuestras posiciones.

El motivo es que al consultar nuestra posición más frecuentemente aumentamos el volumen de lecturas en las que vemos pérdidas. Además, a corto plazo las pérdidas son más comunes (ver ¿es peor perder que dejar de ganar? 1/3 y 2/3). El efecto de componer nuestra aversión a la pérdida un mayor número de veces hace que nuestro sufrimiento crezca exponencialmente.

Para invertir bien debemos diferenciar percepción y realidad

Dado que nuestra aversión al riesgo sesga nuestra percepción de la realidad (empeorando con el nivel de aversión al riesgo y la frecuencia con la que recibimos información), tendemos a considerar que las inversiones son peores de lo que realmente son.

Uno de los efectos perversos que produce esta aversión a la pérdida es que nos lleva a invertir en productos de bajo riesgo por temor a bajadas, aunque estemos sacrificando un beneficio muy superior a la potencial pérdida a largo plazo (ver ¿Es peor perder o dejar de ganar (3/3)?).

En Paradox pensamos que estos sesgos humanos pueden (y deben) suprimirse mediante la sistematización de la inversión. Consideramos que eliminar sentimientos y emociones es una de las grandes ventajas que aporta un algoritmo puramente objetivo a la hora de invertir.

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