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Paradox Insights – Junio 2022

¿Estamos dispuestos a ganar? (2/2) 

Múltiples estudios demuestran que el inversor medio obtiene una rentabilidad significativamente inferior a la de los fondos en los que invierte. Esto ocurre principalmente por su respuesta ante los movimientos del mercado, es decir, el momento que elige para comprar o vender.

Fuente: Dalbar Quantitative Analysis of Investor Behavior.

En esta entrega vamos a tratar cómo la aversión a la pérdida, uno de los sesgos más relevantes del comportamiento humano, afecta en nuestra toma de decisiones de inversión.

Parte 2. Cómo hacemos de la liquidez un problema

La aversión a las pérdidas afecta a nuestra toma de decisión

Prácticamente cualquier decisión que pueda generar un beneficio implica asumir un riesgo.

Sin embargo, nuestra aversión a la pérdida (tendemos a sufrir más y tener más presentes los eventos negativos que los positivos) hace que tengamos una percepción distorsionada del riesgo.

Esta distorsión influye significativamente en nuestro proceso de decisión y suele llevarnos a tomar decisiones poco racionales.

El impacto de la aversión a la pérdida es especialmente evidente en el ámbito de la inversión.

Vendemos cuando ha caído y compramos cuando ha subido…

La mayor parte de los inversores vende cuando el mercado ha caído y no vuelve a comprar hasta que el mercado ha vuelto a subir.

Comparando los flujo de compraventa de renta variable contra el retorno del mercado, observamos claramente este fenómeno.

Flujo compraventa vs. retorno del mercado
Flujo (b$, media 6m) vs. retorno (%, últimos 12m), en el periodo 2000-2014
El retorno del mercado corresponde al índice MSCI All Country World Daily Total Return Index.
Fuente: Morgan Stanley Capital International and Investment Company Institute

Dado que históricamente tras un periodo de caídas suele venir un periodo de subidas, este comportamiento parece no tener sentido. Sin embargo, puede explicarse en gran parte por el efecto de la aversión a la pérdida.

…porque sobre reaccionamos en tiempos de incertidumbre

Recordemos que para un inversor averso a pérdidas (que somos la mayoría) la percepción negativa de una inversión crece a mayor ritmo que las propias pérdidas sufridas (ver ¿Estamos dispuestos a ganar? 1/2).

Cuando sufre pérdidas, el inversor medio tiende a tomar la decisión de vender, normalmente con el pretexto de evitar mayores pérdidas ante un entorno muy negativo.

Pero eventualmente, siempre habrá un periodo de recuperación lo suficientemente bueno como para compensar la percepción negativa de las últimas pérdidas, y es entonces cuando el inversor vuelve a comprar.

Rentabilidad de un inversor medio según los flujos de compraventa vs. el índice
Gráfico derecho: evolución del índice MSCI World Index vs. evolución del valor de la inversión del inversor medio en dicho índice (periodo 2007-2014, en base 100)

Al final del ciclo el inversor sufre una parte importante de la caída y solamente captura una pequeña porción de la subida posterior, ya que sale tras la caída y no vuelve a entrar hasta que las subidas compensan con creces las caídas.

Vemos por tanto cómo vender tras las caídas suele no evitar grandes pérdidas adicionales pero sí evita disfrutar de la mayor parte de la recuperación (que históricamente siempre se ha producido eventualmente).

Conclusión

Es casi imposible que un inversor, individual o profesional, esté libre de sesgos psicológicos. Estos sesgos conducen inevitablemente a errores en la toma de decisiones a lo largo del tiempo. Por eso, todos los grandes inversores tienen métodos o disciplinas que buscan reducir el impacto de las emociones humanas.

En Paradox pensamos que estos sesgos humanos pueden (y deben) suprimirse mediante la sistematización de la inversión. Eliminar el impacto de sentimientos y emociones es una de las ventajas clave que aporta nuestro algoritmo puramente objetivo a la hora de invertir.

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